Pasear por las callejuelas empedradas de Oporto mientras intentas decidir si sacar otra foto al Duero es demasiado, dejarte conquistar por los miradores de Lisboa que te hacen olvidar las subidas (o casi), o quedarte boquiabierto frente a los acantilados del Algarve mientras piensas: “¿Por qué no vivo aquí?”. Portugal no es solo un país, es un hechizo. Una mezcla perfecta de historia, paisajes y sabores que te hacen querer quedarte un ratito más.
En esta sección quiero ser tu cómplice para descubrir todo lo que hace de Portugal un lugar tan especial. Desde sus costas de postal hasta esos pueblos donde el tiempo parece haberse tomado unas vacaciones, aquí encontrarás ideas, trucos y muchas ganas de hacer las maletas:
Destinos que parecen escapados de una postal: Las callejuelas de Alfama en Lisboa, donde cada esquina tiene un fado esperando; los reflejos del Duero en Oporto, con casas tan coloridas que parecen un decorado; las playas escondidas del Algarve y las verdes montañas de las Azores, donde hasta las vacas tienen mejores vistas que tú (literalmente).
Consejos para viajar como un portugués honorario: ¿Cuándo subirte al tranvía 28 sin sentirte en el metro en hora punta? ¿Cómo moverte en tren sin perderte entre estaciones? ¿Qué empacar según la temporada? Aquí te cuento esos trucos que te harán parecer menos turista… o al menos intentarlo.
Alojamientos que hacen que no quieras salir de la habitación: Desde hoteles boutique en antiguos palacios de Lisboa, hasta bungalows frente al mar en Madeira o casitas rurales rodeadas de viñedos en el Valle del Duero. Spoiler: probablemente te arrepientas de no haber reservado más noches.
Experiencias que quedan para siempre (o hasta el próximo viaje): Navegar por el Duero al atardecer con una copa de vino en la mano, perderte en las levadas de Madeira mientras intentas no perder también el aliento, avistar ballenas en las Azores o quedarte en una terraza con un pastel de nata mientras el Atlántico te acaricia con su brisa.
Sabores que justifican cada caloría: El bacalao en todas sus formas (porque no, nunca es demasiado bacalao), los pasteles de nata que siempre saben a “otro más” y los vinos portugueses que parecen hechos para mejorar cualquier conversación (o monólogo interno).
Este espacio está pensado para que descubras Portugal a tu manera, con un poco de ayuda y mucha inspiración. Porque este pequeño país tiene una capacidad infinita para enamorar, sorprender y hacerte replantear por qué no lo habías visitado antes. ¿Listo para explorar?
